En medio de las sienes
Detrás de los dinteles
Por encima de los acordes
Radica la pregunta
Los signos se suceden, plenos de sentido
Un recuerdo de silencio y madera cortada
La textura del papel polvoriento
Mis manos están congeladas
Y la noche brilla en su blancura
Siempre el mar
Siempre el sol
Siempre el aire
Siempre el azul del cielo limpio
Siempre mis ojos verdes, viendo y mirando
Escucho la voz
La montaña está contenida en mis manos
Y las ventanas, pulidas y musicales, anuncian el brillo
No tengo sangre de poeta, soy reflexivo
El texto es el cuerpo de signos
Los símbolos y su polisemia me constituyen
El agua
El éter
Los granos de sal
Los diamantes, la ceniza y el hielo
(Me he quedado ciego)
¿Entonces?
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