sábado, 26 de junio de 2021

Didáctica filosófica. Posgrado Ha de la filosofía UNMSM No 04

LEONEL SILVA·DOMINGO, 1 DE NOVIEMBRE DE 2015Leída 1 vez

Apellidos: SILVA MONTELLANOS

Nombre: Leonel Patricio

Código: 14037056

Profesor: Gilberto Bustamante Guerrero

Tema: Salazar Bondy, Augusto: Didáctica filosófica. Caps: XII-XV

Lunes, 02/ Sábado 07 de noviembre de 2015

I. Cap. XII El método de lectura y comentario de textos

10. Preguntas guía

10.d “¿Qué es lo que no dice el filósofo? Conviene que el profesor, para mejor conducir a los alumnos a la comprensión del texto, presente varias posibilidades de entenderle que, al ser incompatibles con otras partes del mismo, conducen a la truncada intelección, como en una suerte de reducción al absurdo. El autor parece decir tal o tal cosa, pero ¿qué ocurriría si esto fuera cierto? Estaría en contradicción con lo que él mismo ha dicho en otra parte o chocaría con hechos que él no puede menos de reconocer. Esta vía negativa tiene además la ventaja de obligar al alumno a relacionar unas partes del texto con otras y a pensar con detalle posibles articulaciones de ideas. Este pensar conectivo se fomenta también, en provecho del ejercitamiento de la reflexión de los alumnos, en otras interrogaciones de carácter más francamente explicativa. Veámoslas.” Salazar Bondy, Augusto: Didáctica filosófica.Editorial Universo, Lima, 1967: 143

II. XIII El método de análisis lingüístico

XIII.1 “Análisis lingüístico y comentario de textos. La metodología de la lectura y comentario de textos implica, como acabamos de ver, un esfuerzo de comprensión del lenguaje de los filósofos, es decir, un tratamiento de los términos, los enunciados, las cadenas discursivas y los varios giros idiomáticos usados por los autores leídos, gracias a los cuales se transparenta el mensaje ideológico que el filósofo ha querido comunicar. Esto significa que al dirigir el aprendizaje nos valemos del análisis del lenguaje como un instrumento indispensable. Cabe, sin embargo, trabajar en clase sobre el lenguaje, pero con independencia de cualquier texto filosófico y de la obligación de comentario. Los enunciados científicos, las frases del lenguaje corriente, las expresiones religiosas serán en este caso posibles temas de indagación. Se estará empleando entonces un método didáctico distinto y, en lo esencial, autónomo respecto a la explicación de textos filosóficos. Este método es el llamado análisis lingüístico.” Salazar Bondy, Augusto, Ibid: 151

XIII.3. “El análisis filosófico. (…), son las formas que adopta la metodología analítica en filosofía, (…):

a) Determinar el significado de palabras y otras expresiones.

b) Reconstruir la etimología de la palabra, esto es, remontarse a su origen, (comprensión cabal de su significado)

c) Reducir frases, proposiciones o cadenas discursivas a sus elementos primitivos, de tal manera que se haga patente el sentido propio de la expresión (o su carencia de sentido)

d) Descubrir y desterrar las formas sistemáticamente viciosas del lenguaje, es decir, esos giros, usos, conexiones, propensiones expresivas que, en lugar de servir al conocimiento y la comunicación, los obstaculizan o desorientan. (…)

e) Reconstruir la conexión formal de los enunciados, articularlos lógicamente, de modo que sea posible derivar los unos de los otros, establecer entre ellos relaciones de fundamentación y probar su consistencia sistemática. (…)

f) Vincular las formas de expresión, los sistemas de enunciados, los sentidos y usos del lenguaje a determinadas instancias biológicas, psicológicas, histórico-culturales, epistémicas, etc., que las condicionan y determinan. (…)” Salazar Bondy, Augusto, Ibid: 154-155

“(…) Cabría preguntar, sin embargo, cuáles y cómo son las interrogaciones propiamente filosóficas sobre el lenguaje y por qué no se confunden con las preguntas lingüísticas ordinarias o las de las ciencias normativas y positivas del lenguaje. (…) Tienen, por lo común carácter filosófico:

a) Las preguntas por el sentido de expresiones que parecen o pretenden referirse a dominios, categorías, o géneros supremos de lo existente (vg., “valor”, “tiempo”)

b) Aquellas interrogaciones que se vinculan con la comprensión del conjunto de la realidad o que pretenden dar la clave de tal comprensión (vg., sobre la nada, la materia, Dios)

c) Los términos o relaciones de expresiones que tienen que ver con los principios y bases del conocimiento vg., “fenómeno”, “dato sensorial”.

d) Las expresiones que permiten poner de manifiesto las especies y las formas del significar mismo y, por tanto, las posibilidades y problemas del uso del lenguaje vg., las expresiones imperativas contrastadas con las indicativas)

e) Determinadas fórmulas que resultan filosóficamente interesantes en cuanto permiten llegar fácilmente u ofrecen una buena coyuntura para encaminarse al descubrimiento de instancias primarias, elementales o básicas, en el cuerpo lingüístico conceptual y, a través de éste, en el mundo. (Este es por excelencia el caso de la lista aristotélica de las categorías)

Las expresiones, de cualquier naturaleza, en cuanto son tomadas como casos a explicar y fundamentar por remisión a categorías o estructuras trascendentales básicas, o en cuanto especímenes del sentido y vía de comprensión del significar y en general del lenguaje. “ Salazar Bondy, Augusto, Ibid: 155-156

I. Resumen

De un modo señalado, el autor se detiene en afirmar la relevancia de aquello que, precisamente, el autor no afirma (evitando los malentendidos). O sea: la argumentación debe proseguirse con lógica claridad, tomando en cuenta todas las consecuencias de aquello que se postula. Esta praxis es un elemento relevante en la formación académica y personal del alumno. La metodología de la lectura/comentario de textos, es la manera consagrada en que un académico, sea alumno o docente, puede comprender el lenguaje filosófico e interpretar la ideología del pensador examinado. El análisis del lenguaje viene a ser un método didáctico autónomo, en lo que se refiere a la explicación de textos filosóficos. El significado filosófico de las palabras, se clarifica al investigar su correspondiente etimología, sus elementos discursivos primigenios, la vinculación de las formas de expresión a las instancias científicas y de la realidad que las determinan, etc. Entre las cuestiones propiamente filosóficas, tenemos la problematicidad del sentido de las expresiones utilizadas, su real y racional vinculación con la comprensión del conjunto de la realidad, con los principios del conocimiento, etc.

Comentario

De una manera que lo acerca a las preocupaciones de la filosofía analítica anglo-sajona el autor pone énfasis en la resolución de los problemas lógico-lingüísticos, asumidos como los problemas sustancialmente filosóficos. Así, en la medida que los estudios filosóficos y su enseñanza se realizan mediante la lectura y redacción, estas actividades se constituyen en la médula, el elemento fundamental para la comprensión de los discursos teóricos sean estos; filosóficos o, sean científicos. Pero no confundamos los roles: el lenguaje es un constructo cultural y la herramienta con la que lo enfrentamos es el pensamiento, nuestra capacidad racional e intelectual para comprender textos, discursos, complejidades significativas y esencias ideales. Al reconocer, por cierto, la vinculación de la argumentación filosófica con lo racional y lo real, se ratifica la importancia del contexto socio-cultural. El hombre no existe en el mundo de manera abstracta, puramente imaginaria. El ser del hombre se realiza en la historia, construyendo artefactos y herramientas conceptuales para simbolizar, comunicarse y reproducirse.

XIV. El método fenomenológico-crítico

XIV.2 “Alcance y fundamento del método. “(…) El filosofar fenomenológico consiste en la descripción de lo que se da a la conciencia con exclusión de toda idea previa, teoría o tesis interpretativa, así como de todo supuesto o convicción sobre la existencia o no existencia de aquello que se da. Ateniéndose a tales datos inmediatos no se pierde, como podría temerse, la riqueza del mundo y de la vida, pues se conserva como fenómeno, como lo que aparece en tanto que aparece. Por otro lado, al proceder así el sujeto filosofante se libera de las ataduras que lo sujetan a los hechos, a lo empírico experimentado, pues puede dirigir la mirada intelectual a todas las posibilidades objetivas y conceptuadas que, como tales, se ofrecen también a la conciencia. Esta conservación del contenido descriptible se da la mano con otra virtud del método, a saber, la posibilidad de concentrar la atención sobre las estructuras y formas gracias a las cuales se constituyen en la conciencia los fenómenos estudiados. La descripción revela lo que muchas veces está oculto: el modo como las objetividades, con sus tipos y variedades propios, se presentan al sujeto, y pone en manos de éste, en cuanto sujeto filosofante, los elementos necesarios para comprender y explicar, de acuerdo a su esencia, los casos de objetos o entidades del mismo género o, cuando menos, lo enrumba por el camino de tal intelección. (…) Por lo que toca al filosofar crítico-trascendental consiste en preguntar por las condiciones de posibilidad de una determinada instancia, sea del conocimiento de la acción, sea de la naturaleza o de la conciencia. Si el método fenomenológico permite, como hemos dicho, aprehender las posibilidades ideales de toda entidad y su modo de constituirse en la conciencia, los fundamentos de tal posibilidad, el sustento gracias al cual ella puede darse a la conciencia, son investigados por la reflexión crítica. Como tal, esta reflexión no se preocupa entonces de existencias sino que las supone.” Salazar Bondy, Augusto, Ibid: 175-176

XV. El estudio dirigido en filosofía

XV.1 “Concepto general y procedimientos especiales. De muchas y muy variadas maneras se entiende y aplica el llamado Estudio dirigido como modalidad de la dirección del aprendizaje. Esta diversidad, en lugar de afectar su eficacia didáctica, deriva felizmente en gran fertilidad de recursos y efectos, orientados todos a lograr que el alumno aprenda por sí mismo. El nervio de este método es la idea de que los mejores resultados en la enseñanza se obtienen cuando el alumno estudia con interés y a través del esfuerzo desplegado en el estudio se autoinstruye. Se entiende que el maestro no tiene en esta modalidad didáctica nada parecido a un rol protagónico, aunque su rol no sea menos importante y activo. Como señala Maguire, “cuanto mayor sea la habilidad del maestro, tanto menos tendrá que hacer aparentemente y más hará el alumno por sí mismo. Se podría decir que la efectividad del maestro se mide por lo que no hace, o por lo que parece que no tiene que hacer. El poder de enseñar se mide por lo que los alumnos pueden hacer por sí mismos.” En todos los casos, lo que se persigue es que el alumno se empeñe en la elaboración de determinada materia intelectual, bajo la dirección del profesor, que se mantiene a distancia pero asiste al alumno continuamente. (…) constantes en el estudio dirigido las siguientes operaciones:

a) Elaboración reflexiva personal por el alumno de un tema asignado por el profesor;

b) Planeamiento cuidadoso del trabajo que ha de realizar el alumno

c) Orientación metódica de este trabajo por el maestro encargado de la clase. (…)Salazar Bondy, Augusto, Ibid: 187

I. Resumen

La fenomenología describe aquello que se da a la conciencia suspendiendo (epojé) toda idea previa, teoría o tesis interpretativa, supuesto o convicción sobre la existencia o no existencia de aquello que es dado. Se hace fenomenología, desprendiéndose de la sujección a los hechos empíricos experimentado, contemplando con el intelecto (theorein) las posibilidades objetivas que se manifiestan a la conciencia. Esto desvela lo oculto: el modo en que la objetividad, se hace presente al sujeto cognoscente, permitiéndole explicar, de modo esencial, las entidades que pertenecen a un mismo género. Hacer fenomenología es interrogarse por las condiciones que hacen posibles las instancias, sean ontológicas, sean gnoseológicas. El estudio dirigido permite que el discípulo estudie con interés y así, realice una labor de verdadero autodidacto –ciertamente apoyado, en su praxis de investigación, por el docente--.

Comentario

La fenomenología, tal como se entiende en la actualidad, desde la obra de Edmund Husserl, pretende una radicalización del aspecto científico de la filosofía, en la medida que se desprende de la tradición histórica que poseen los conceptos y se adapta a una positividad genuina. Sin embargo –y sobre todo después de Martin Heidegger—la fenomenología reconoce la importancia de la tradición conceptual y da paso así a la hermenéutica que precisamente, se basa en reconocer los horizontes de sentido dentro de los cuales se configuran los constructos teóricos. Este estudio hermenéutico es una de las mejores maneras de llevar a cabo la praxis crítico-trascendental (en la medida que se realiza el análisis, la descripción, la interpretación y la crítica). Ciertamente, todo estudio, a nivel de relación docente/ alumno, ya sea en la Universidad o en el Colegio, al menos desde la perspectiva constructivista contemporánea, ha de ser realizado contando con el docente como un asistente del alumno, quien así va descubriendo los fenómenos y sus causas, explicando y reflexionando.

 

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