LEONEL SILVA·MIÉRCOLES, 11 DE NOVIEMBRE DE 2015Leída 3 veces
V Coloquio de estudiantes de filosofía UARM
Pueblo Libre, Lima, 23 de junio de 2015 Lic. Leonel Patricio Silva Montellanos Alumno de Posgrado Historia de la Filosofía, UNMSM leonel.silva@unmsm.edu.pe
2. Filósofos y científicos. El
debate contemporáneo:
2.1 Conductistas filosóficos[5].
“En realidad, el conductismo filosófico no es tanto una teoría sobre qué
son los estados mentales (su naturaleza interna) sino más bien una teoría sobre
cómo analizar o comprender el vocabulario que utilizamos para hablar sobre
ellos. Específicamente lo que se afirma es que, cuando hablamos acerca de
emociones y sensaciones y de creencias y deseos, no hablamos sobre episodios
internos fantasmales, sino que se trata de una forma abreviada de hablar sobre
modelos reales y potenciales de conducta. En su forma más fuerte y más
directa, el conductismo filosófico postula que toda oración acerca de un estado
mental se puede parafrasear, sin perdida de significado, por una oración larga
y compleja acerca de cuál sería la conducta observable que se produciría
si una determinada persona se encontrara en esta, o aquella o cualquier otra
circunstancia observable.” Churchland, Paul (1999): 46-47
Ubicándonos, ya, en la discusión contemporánea, debemos señalar nuestro
reconocimiento a los aportes actuales de la ciencia, realizados desde
perspectivas materialistas; reconocemos que en la actualidad, la mejor manera
de ser científico, pasa por asumir dicho materialismo y comprender que
la ciencia tiene una utilidad teórica que es indesligable de su utilidad
práctica: en otras palabras, el conocimiento precede a la acción, pues sin
establecer el marco conceptual necesario, se cae en el más burdo empirismo.
Señalamos esto, en la medida que comprendemos que solo asumiendo el
materialismo científico de nuestra época, podemos llamarnos, propiamente,
científicos y no numerólogos. Encontramos que esta es la manera más coherente
de fidelidad con el espíritu racionalista cartesiano pues en las condiciones
actuales y vigentes, la ciencia es lo experimentable y justificable, no por ser
verdad sino por ser justificación verificable. Creemos que no es posible
pasar por alto esta definición, tanto en género como en especie.
2.2 Funcionalistas[6].
Puesto que no estoy discutiendo a qué equivale el concepto de dolor,
sino qué es el dolor, en un sentido de "es" que exige la construcción
empírica de una teoría (o, al menos, la especulación empírica), no ofreceré
disculpas por proponer una hipótesis empírica. De hecho, mi estrategia será
alegar que el dolor no es un estado cerebral, no sobre bases a priori,
sino sobre la base de que otra hipótesis es más plausible. El desarrollo y la
verificación detallada de mi hipótesis sería una tarea tan utópica como el
desarrollo y la verificación detallada de la hipótesis de que el dolor es un
estado cerebral. Sin embargo, la postulación, no de hipótesis detalladas y
científicamente "acabadas", sino de esquemas para hipótesis, ha sido
por mucho tiempo una función de la filosofía. Argumentaré, en breve, que el
dolor no es un estado cerebral, en el sentido de un estado fisicoquímico del
cerebro (o aun de todo el sistema nervioso), sino otra clase enteramente
diferente de estado. Propongo la hipótesis de que el dolor, o el estado de
tener dolor, es un estado funcional de todo un organismo. La naturaleza de los
estados mentales. 2 ¿Es el dolor un estado cerebral?: Putnam, Hilary (2010): 4
Revisando este planteamiento, creemos que la multiplicidad de posturas,
dentro del debate teórico, sea filosófico, sea científico, constituyen
precisamente su riqueza. Si el funcionalismo se deriva de un espíritu nominalista,
no creemos que sea un motivo para desconfiar –de hecho, la ciencia vale en
tanto herramienta teórica de conocimiento y la filosofía es el soporte--. Si
con esta posición, nos vamos alejando del idealismo cartesiano, nos
veremos en la necesidad de precisar que nuestro cartesianismo no es idealista
–si por idealismo se entiende, ensueño dogmático—si no más bien, una fe
altruista en el conocimiento intersubjetivo y verificable, así cómo en la
crítica racional. Podría objetarse, que así, desnaturalizamos el cartesianismo
y sus posibles aportes tanto ontológicos como gnoseológicos a la filosofía de
la mente, pero más bien creemos, que solo precisando las áreas del quehacer
humano, distinguiendo el trabajo del estudio y los diversos aspectos subjetivos
de la vida humana en sociedad y civilización, le otorgamos a la ciencia y a la
filosofía su legítimo rol y sentido. Estas reflexiones nos reafirman en la
convicción de que el nivel mental de la existencia, o sea, los diversos
procesos cerebrales que constituyen el funcionamiento de la mente y que nos
distinguen de una bestia silvestre, solo pueden elevarse a la categoría de
problemas filosóficos si es que la filosofía misma ha alcanzado el status
de rigor y claridad que la discusión amerita.
2.3 cognitivistas[7].
Además, los científicos cognitivistas, al igual que los griegos,
formulan conjeturas acerca de los diversos vehículos del saber: ¿qué es una forma,
una imagen, un concepto, una palabra? ¿Y de qué manera se relacionan entre sí
estos “modos de representación”? Se preguntan acerca de la prioridad que pueden
tener determinados órganos sensoriales, por oposición a un “entendimiento
general” o “sentido común”. Reflexionan acerca del lenguaje, advirtiendo el
poder y las trampas que entraña el uso de las palabras, y su posible influencia
rectora sobre los pensamientos o creencias. Y especulan largamente sobre la
índole de la propia actividad del conocer: ¿por qué queremos saber, cuáles son
las restricciones que se nos imponen en esta actividad y cuáles los límites del
conocimiento científico acerca del proceso humano del conocer?
Definición y alcance de la ciencia cognitiva: Defino la ciencia
cognitiva como un empeño contemporáneo de base empírica por responder a
interrogantes epistemológicos de antigua data, en particular los vinculados a
la naturaleza del conocimiento, sus elementos componentes, sus fuentes,
evolución y difusión. Aunque a veces la expresión “ciencia cognitiva” se hace
extensiva a todas las formas de conocimiento (de los seres animados e
inanimados, de los humanos y de los no humanos), yo la aplicaré principalmente
a los esfuerzos por explicar el conocimiento humano. Me interesa saber si las
cuestiones que intrigaban a nuestros antepasados filosóficos pueden recibir una
respuesta concluyente, o debe reformulárselas de una manera más provechosa, o
desechárselas para siempre. Hoy en día, la ciencia cognitiva tiene la clave
para responder a esto. (…) “ Gardnerd, Howard (1987): 19-21
Ciertamente, nuestra postura como investigadores es más cercana al
planteamiento cognitivista. Hacemos esta precisión, para permitir el
reconocimiento de nuestros planteamiento y su ubicación en determinados contextos
meta-textuales. Habiendo hecho un repaso del conductismo filosófico y del
funcionalismo, reconocemos sus méritos y nos animamos a presentar nuestro
propio discurso. Participamos de la convicción de que es posible una muta y
fructífera interacción entre filosofía y ciencia. Creemos que solo desde la
historia de la filosofía podemos realizar una fundamentación de
cuestionamientos epistemológicos, siendo así, ambas disciplinas, disciplinas
complementarias. Esto nos lleva a precisar que así elaboramos un producto que
es de utilidad y necesidad social y que los problemas que surjan, serán
resueltos en la medida que se clarifiquen a partir de la ya conocido y
verificable. Hasta aquí hemos llegado siguiendo la vía propuesta por el
racionalismo cartesiano. Si hemos cumplido a cabalidad, es un tema que da
material para futuras discusiones.
3. Conclusiones
3.1 Crítica racional.
Creemos que la necesidad de argumentar y clarificar nuestra propia
posición frente al pensador francés, cuya lectura nos otorgo las bases para
iniciar la argumentación, nos lleva a ubicarnos en medio de una comunidad
académica y científica y que nuestro aporte, en tanto análisis, interpretación
y crítica es sólo el comienzo de una labor con la que estamos involucrados de
manera cotidiana. Sostenemos que este tema es clave para comprendernos a
nosotros mismos como seres humanos del mundo actual, con una historia, una
praxis social y una visión de futuro. Es nuestra aspiración, el continuar
investigando y contribuyendo a la construcción del edificio de la ciencia, no
sólo en nombre de determinada cultura, sino como compromiso con la civilización
y la justicia que toma forma de libertad.
3.2 Conclusiones preliminares:
Aceptamos que hacemos metafísica, entendiendo a esta como la ciencia de
las primeras causas y que como ya decía el gran Aristóteles, uno de los
elementos que vale la pena esclarecer y definir es aquello que denominamos alma
–en nuestro mundo contemporáneo: mente. Reconocemos la pertinencia
de las posibles críticas pues sólo dejando el espacio necesario para próximas
contribuciones –profundizando en la problemática que planteamos—podremos exigir
para nuestro aporte el reconocimiento de su condición de estudio, de reflexión,
de inteligibilidad. No está en discusión lo que Descartes afirmó o no afirmó,
sino su relevancia para la posteridad –actualidad vigente—y como las
discusiones actuales renuevan, descartan o descubren nuevas posibilidades de
enunciados y saberes.
Suponemos que se nos puede interrogar en qué medida, un tema,
ciertamente, epistemológico, puede ser abordado desde una perspectiva
histórico-filosófica. Creemos, por nuestra parte, que no se puede desligar la
ciencia entendida de modo estricto, de su contextualización histórica; pues aun
si existiese una dimensión de esencias ideales puras, asumidas como reales, al
modo platónico, nosotros, los seres humanos, nos desenvolvemos en un mundo concreto
constituido por naturaleza, historia y psique y sólo en la medida que
delimitemos el quéhacer y fundamento de cada ciencia, podremos desarrollarla y
enriquecerla.
3.3 Conclusión final
Reiteramos que la utilidad de nuestro aporte, al meditar sobre la obra
cartesiana, en tanto discurso teórico, desde la perspectiva que nos otorga la
historia de la filosofía, consiste en una toma de conciencia ante la
responsabilidad que como intelectuales asumimos, generando conocimiento,
produciendo teoría. Por una necesidad de objetividad científica, nuestra propia
subjetividad queda en suspenso y hacemos afirmación de enunciados abstractos,
formales pero que, como en el dualismo cartesiano y el ya señalado principio
antrópico, están profundamente ligados con lo real, pues sólo en la medida
que lo real es discutible en términos racionales, puede ser comprensible y así,
ambos ámbitos, lo real y lo ideal, constituyen una sola realidad,
a modo de síntesis y es así que nuestro entendimiento la aprehende y comprende.
Somos seres formados en categorías, pertenecemos a determinados niveles de
realidad y sentido, nuestras vidas se realizan en el uso del logos, de la
crítica y la reflexión. Esa contemplación teórica que tomamos de René Descartes
es su mejor legado, permanente, y presente en un discurso crítico y teórico que
se precia de ser tal, surgido desde Sudamérica y escrito en lengua románica.
Notas
1) Aristóteles: Tratado del alma
Versión on line: http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/acer_alma.pdf (10/09/2015-16:45 pm)
2) Churchland, Paul: Materia y conciencia, Gedisa, Barcelona, 1999
3) Descartes, René: Tratado acerca de las pasiones del alma:
Versión on line:
http://23118.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/informacion_adicional/obligatorias/034_historia_2/Archivos/Descartes_pasiones.pdf (10/09/2015-16:46 pm)
4) Garnerd, Howard: La nueva ciencia de la mente, Paidós, Bs As, 1987
5) Hawking, Stephen: Historia del tiempo, Planeta-Agostini, Barcelona,
1992
6) Putnam, Hilary: La naturaleza de los estados mentales. 2 ¿Es el dolor
un estado cerebral? p: 4 versión on line: http://www.icesi.edu.co/blogs/experimentosmentales/files/2010/05/LA-NATURALEZA-DE-LOS-ESTADOS-MENTALES2.pdf (10/09/2015-16:47 pm)
SUMILLA:
LEONEL SILVA·MIÉRCOLES, 11 DE NOVIEMBRE DE 2015
V Coloquio de estudiantes de filosofía Universidad Antonio Ruiz de
Montoya
Pueblo Libre, Lima, 23 de junio de 2015
El concepto de alma/mente en René Descartes: El tratado de las pasiones.
Su vigencia en el debate contemporáneo
SUMILLA:
1) Tesis central:
La filosofía de la mente es uno de los campos de debate más activos
dentro de la actividad filosófica contemporánea, siendo un ámbito teórico cuyos
inicios se hallan presente en ella, desde los orígenes de la modernidad. Siendo
que Descartes fue uno de los autores que abordó el problema a profundidad y con
rigor conceptual, creemos necesario precisar el alcance actual de sus
postulados. Realizamos este aporte, partiendo de la creencia de que la
psicología como disciplina científica es la principal implicada en esta discusión,
pues el aporte de la filosofía de la mente clarifica el campo de dicha
disciplina a nivel epistemológico y, previo a ello, a nivel ontológico y
gnoseológico. No creemos que el debate se cierra aquí. Creemos más bien, que
estamos contribuyendo a enriquecer una discusión contemporánea que así como
tiene antiguas raíces, tiene todavía todo un futuro pleno de propuestas y
planteamientos analíticos, críticos y de interpretación.
2) Argumentos principales
Nos interesa, sobre todo:
a. delimitar el aporte teórico cartesiano a la fundamentación de una
filosofía de la mente, precisando su importancia histórica
b. tomar conocimiento de los debates actuales que abordan dicho campo de
la filosofía y
c. sostener una crítica alturada y una posición conceptual estable
frente al estado actual de la cuestión.
3) Justificación y pertinencia del tema para el debate filosófico
a. Partimos del planteamiento de una base teórica analítica que
interprete los procesos naturales, socio-culturales y científicos, de manera
coherente con los avances y debates filosófico-teóricos contemporáneos. Esto
nos permite incursionar en el campo de la Filosofía de la mente, destacando la
importancia de esta clarificación conceptual para la Historia de la filosofía.
b. Afirmamos la importancia del estudio de la obra cartesiana, para la
sustentación de dicho planteamiento filosófico, reconociendo una línea de
coherencia (tradición) consistente, en la historia de la filosofía, entendida
como producto de la actividad intelectual que es tal, en tanto actividad
definida, delimitada, responsable y clarificada.
c. Reconocemos en el trabajo de René Descartes (como pensador e
investigador en el campo de la filosofía y la ciencia modernas) la
sistematización racional y humanista, de los avances del pensamiento de su
época. Este es el comienzo de la actividad científica en la modernidad; el
momento en que el hombre toma conciencia de su capacidad de reflexión creativa.
Creemos que aquí radica la importancia de nuestra investigación. Nuestro
énfasis en el aspecto mental, establece un corte, una precisión, en la temática
histórica, y nos permite expresarnos con precisión e inteligibilidad.
4) Palabras clave: filosofía de la mente, historia de la filosofía,
cartesianismo. conductismo filosófico, funcionalismo, cognitivismo,
neurociencias.
5) Bibliografía:
1) Aristóteles: Tratado del alma
Versión on line: http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/acer_alma.pdf
(10/09/2015-16:45 pm)
2) Churchland, Paul: Materia y conciencia, Gedisa, Barcelona, 1999
3) Descartes, René: Tratado acerca de las pasiones del alma:
Versión on line:
http://23118.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/informacion_adicional/obligatorias/034_historia_2/Archivos/Descartes_pasiones.pdf
(10/09/2015-16:46 pm)
4) Garnerd, Howard: La nueva ciencia de la mente, Paidós, Bs As, 1987
5) Hawking, Stephen: Historia del tiempo, Planeta-Agostini, Barcelona,
1992
6) Putnam, Hilary: La naturaleza de los estados mentales. 2 ¿Es el dolor
un estado cerebral? p: 4 versión on line:
http://www.icesi.edu.co/blogs/experimentosmentales/files/2010/05/LA-NATURALEZA-DE-LOS-ESTADOS-MENTALES2.pdf
(10/09/2015-16:47 pm)
7) Nombre e Institución del participante:
Lic. Leonel Patricio Silva Montellanos Historia del arte 2010, UNMSM
Alumno de Posgrado Historia de la Filosofía, Universidad Nacional Mayor de San
Marcos 2014-2015 Código: 14037056 leonel.silva@unmsm.edu.pe DNI: 09998248
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